martes, 29 de marzo de 2016

En memoria de Erma Bombeck y de todos los hombres y mujeres que perdieron su batalla contra el cáncer



 

ERMA BOMBECK



El siguiente mensaje fue escrito por  Erma Bombeck  después que descubrió que se estaba muriendo de cáncer:


Si yo tuviera mi vida para vivirla de nuevo



Me habría ido a la cama cuando estaba enferma en vez de creer que la tierra se detendría si yo no estaba  en ella al día siguiente

Hubiera encendido la vela rosada en forma de rosa antes de que se derritiera guardada en el armario.
 

Habría invitado a mis amigos a cenar
  sin importarme la suciedad de la alfombra y el sofá desordenado. 


Habría comido las palomitas de maíz en el "salón de las visitas" y me habría preocupado menos del engorro que suponía cuando alguien quería encender el fuego en la chimenea.

Habría dado mi  tiempo para escuchar a mi abuelo
  divagando sobre su juventud.

Habría compartido más el día a día con mi marido que con la oficina.

Me habría sentado en el prado sin importar las manchas de la hierba.

Habría llorado y reído menos viendo televisión y
  más mientras vivía la vida.

En lugar de evitar los malestares de los nueve meses de embarazo, habría atesorado cada momento y comprendido que la maravilla que crecía dentro de mi, era mi única oportunidad en la vida de asistir a Dios en un milagro.

Cuando mis hijos me besasen impetuosamente, nunca habría dicho "cuidado, estoy ocupada, ahora ve y lávate para la cena", Habría habido mas "te quiero" y más "lo siento"  

Pero sobre todo, quiero darle otra oportunidad a la vida, quiero aprovechar cada minuto. Mirar las cosas y realmente verlas... vivirlas y nunca volver atrás. ¡DEJAR DE PREOCUPARME POR LAS COSAS PEQUEÑAS Y COMENZAR A PREOCUPARME POR LAS COSAS BELLAS QUE SI IMPORTAN!!!  


No te preocupes sobre a quién no le agradas, quién tiene más o quien hace qué. En lugar de eso, atesoremos las relaciones que tenemos con aquellos que de verdad nos quieren.



Erma Bombeck fue una humorista estadounidense que alcanzó gran popularidad por su columna del periódico que describía la vida hogareña en los suburbios, de la década de 1960 hasta finales de 1990.
Al comienzo de su carrera, Erma Bombeck tuvo que transitar por un camino lleno de dificultades. A edad temprana ya se sentía atraída por el periodismo. Su primer trabajo, cuando era una adolescente, fue escribir obituarios en el Journal-Herald de Dayton. Cuando salió del colegio y quiso ingresar a la Universidad de Ohio, un consejero estudiantil le dijo: «Olvídese de ser escritora». Ella rechazó ese consejo.

En 1949 se graduó en la Universidad de Dayton  y poco después empezó a trabajar como escritora para la columna de defunciones de la página femenina.

Ese año, la adversidad golpeó su vida personal. Al contraer matrimonio, uno de sus más grandes deseos era ser madre. Pero para su tristeza, los médicos le anunciaron que no podría tener hijos. ¿Le hizo eso darse por vencida y considerarse una fracasada? No. Ella y su esposo exploraron la posibilidad de la adopción y adoptaron una niñita.

Dos años más tarde, una sorprendida Erma descubrió que estaba embarazada. Pero eso le trajo aun mayores dificultades. En cuatro años tuvo cuatro embarazos pero solo dos de los bebés sobrevivieron.


Escribió una columna humorística por algo más de treinta años. Durante ese tiempo, publicó quince libros, fue reconocida como una de las veinticinco mujeres más influyentes de los Estados Unidos; aparecía frecuentemente en el programa de televisión Buenos días, América; apareció en la cubierta de la revista Time; recibió innumerables honores (como la Medalla al mérito de la Sociedad Americana del Cáncer), y fue distinguida con quince doctorados honorarios.

Pero durante ese tiempo, Erma Bombeck también experimentó increíbles angustias y pruebas, incluyendo un cáncer de mama, una mastectomía y deficiencia renal. Y no dudó en revelar su perspectiva sobre las experiencias frustrantes de su vida:
Di el discurso de inauguración de las clases en la universidad, y les dije a todos que yo estaba ahí arriba y ellos allá abajo no por mis éxitos, sino por mis fracasos. Luego los puse a todos a rascarse la cabeza: un disco humorístico del que vendí dos copias en Beirut … un programa cómico que duró lo que un dulce en una casa donde hay niños … una obra para Broadway que nunca llegó a Broadway … un libro de firmas al que llegaron dos personas, una preguntando dónde estaba el baño y la otra queriendo comprar la mesita donde estaba el libro.
…Personalmente y, para ser sincera, ha sido un camino duro. He sepultado bebés, he perdido a mis padres, he tenido cáncer y me he preocupado de los niños. El secreto es ponerlo todo en perspectiva … y eso es lo que yo hago.

 Lo que usted tiene que decirse es: «No soy un fracasado, solo fracasé al intentar hacer algo». Hay una gran diferencia entre una cosa y otra.

Esa fue la actitud que tuvo Erma Bombeck mientras vivió. (Le gustaba referirse a sí misma como «una ex dueña de casa y ex escritora de obituarios».) Se mantuvo avanzando y escribiendo a pesar de los desalientos, el dolor, las cirugías, y la diálisis diaria hasta que murió de cáncer a los sesenta y nueve años.


No hay nada más triste en este mundo que despertarse la mañana de Navidad y no ser un niño.
Erma Bombeck. 






Estos son los colores que representan los diferentes tipos de cáncer.

cid:4..3961265886@web45009.mail.sp1.yahoo.com
¡MANTENLA ENCENDIDA!  cid:3.3961265886@web45009.mail.sp1.yahoo.com

EN MEMORIA .. 
En memoria de todos los hombres y mujeres que han muerto víctimas de esta cruel enfermedad. 



Ésta es una enfermedad que afecta a todas las familias... ¡sin excepción!